Prensa y difusión: Prensa 2006

Sevilla dc, Diciembre de 2006

Diario de Jerez, 15 de Diciembre de 2006

Nuevo postulado artístico

AGUSTÍN ISRAEL BARRERA

Delegación Provincial de Cultura SEVILLA

No es fácil adentrarse con éxito por la iconografía semanasantera. Los eruditos, guardianes y salvadores de la tradición van a estar presentes velando armas contra la más mínima ingerencia en sus inexpugnables atalayas. Pocos ejemplos han existido que no hayan sucumbido en sus intentos o que no hayan sido rechazados de plano por los estrictos controles policiales sobre un tema que impone demasiado respeto. Además, tampoco estos intentos han sido demasiado satisfactorios. Por eso los artistas o no son capaces o no se atreven o no les interesa la experiencia. Lo cierto es que algo tan arraigado – para lo bueno y para lo malo – en nuestra realidad está poco tratado. Ahora, en la ciudad de las estrictas posiciones sobre el asunto; allí donde se marcan las directrices, donde se dice perfilarse aquello de la madre y maestra; auspiciada por máximas instituciones dirigentes se ha manifestado una exposición a contracorriente con los postulados de la Semana Santa como tema conceptual.
Un joven artista sevillano, Agustín Israel Barrera, se atreve con lo que otros no han sido capaces y se introduce por una iconografía que deja en suspenso los límites estrictos de la tradición para darnos una fresca, novedosa, feliz y jocosa interpretación de ese mes de abril tan significativo en el calendario festivo de nuestros pueblos. Por sus obras – diseño, pintura y fotografía – discurre la brisa purificadora de lo realizado sin cortapisas, sin importarle el desenlace y con perspectivas claras de algo que se debe hacer para marcar posiciones.
Algunos aspectos de la Semana Santa y la Feria yuxtaponen sus planteamientos tradicionales para conformar un nuevo lenguaje lleno de ironía, suspicacia y acidez. El joven artista se adentra por los espacios del tema sin hurgar demasiado en la posible herida. Quizás, desde dentro del propio sistema, los estrictos guardianes de la tradición cometen más descalabros y transgreden mucho más con sus surreales postulados y sus argumentos plásticos salidos de tono – acordémonos del monumentito a las cofradías de Cristina en Jerez o de algunas esculturitas, por llamarle de alguna forma, que se pasean por las calles de nuestras ciudades entre cera, varales y flores y que son atentados de lesa majestad contra el buen gusto -. Por eso la obra de Agustín Israel Barrera no es sino un guiño de ironía, un argumento a tener en cuenta para saber que el arte no tiene fronteras y que cualquier cosa es válida para sobre ella recrear sus ilimitadas perspectivas.
Pero, además de todo esto, lo que verdaderamente me interesa es que estamos ante un joven con muchísimas posibilidades; un artista absoluto que sabe utilizar los rudimentos a su alcance para componer, en todas sus formas, un entramado artístico lleno de sapiencia, poder y trascendencia. Los espacios del arte contemporáneo, en sus distintos planteamientos, nos conducen por una obra llena de acierto artístico y que es capaz de ofrecer una nueva visión de lo que otros no han sabido, no han querido o no se han atrevido.

Bernardo Palomo

Diario de Sevilla, 19 de Noviembre de 2006